Vida y Muerte de la Mulata

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Puede afirmarse que los primeros trabajos litográficos españoles se efectuaron en la isla de Cuba por el dominicano Juan de Mata y que en el seminario de San Benito impartió clases gratuitas para la enseñanza de este nuevo arte.

No será hasta 1840 cuando se comiencen a imprimir litografías como envoltorio para las cajas, cajetillas y mazos de los cigarros habanos. Generalmente doblados por chinos. También será en estos parajes donde por primera vez se utilizará la “Máquina Magnetoeléctrica” del inventor francés M. E. Gaiffe, con la que “el dibujante puede grabar sus trabajos sin necesidad de recurrir al auxilio de un grabador que, a menudo, al copiar el original no reproducen el peculiar estilo del artista”. Tal como nos dejó escrito Samuel Hazard en su “Cuba a pluma y Lápiz” (1870)

Popular arte el de las marquillas, que distraían al fumador antes de proceder a la consunción de su veguero y al goce de su maravillosos efluvios.

Vio el amable lector la serie “Vida y muerte de la Mulata” presentada por la Charanga de Villergas y empaquetada en la Fábrica de Llaguno y Compañía, dibujadas por el artista C. Anillo.

Una buena colección de litografías tabaqueras las encontrará el lector en el libro “Marquillas cigarreras Cubanas” de Antonio Núñez Jiménez. Editado con motivo del Quinto Centenario. Ediciones Tabapress 1989.