Funny Films – Thimble Theatre Movies
Elzie Crisler Segar nació en Chester, una bonita ciudad del estado de Illinois, corría el año 1894. Su padre fue pintor de brocha gorda y el joven Elzy quería aprender a dibujar. Así que se apuntó a una escuela de dibujo por correspondencia, lo que viene a decir que aprendió a dibujar por si mismo. Desde el inicio su intención fue dibujar comics. Asunto que no llevó a cabo hasta 1916, cuando el señor Richard F. Outcault, ya reconocido por su flamante Yellow Kid, lo recomendó al “Chicago Herald”.
Antes de esta primera y fugaz toma de contacto con el mundo del comic, el joven Segar fue trapecista y operador de cámara en un cine. Dos trabajos que, sin duda, reforzaron su gráfica mirada. Ya en 1919 se traslada a Nueva York a dibujar para el “Evening Journal” su famoso Thimble Theatre. Y en 1926 otra de sus series, rebautizada Sappo, pasó a engrosar el contenido de la página dominical del Teatro del Dedal. Aunque su famoso Thimble Theatre alcanzaría su paroxismo cuando el 17 de enero de 1929 apareció en la tira diaria un marinero con malas pulgas llamado Popeye (bautizado así, onomatopeyicamente, por ser tuerto).
Fue a principios de los años treinta cuando, para llenar los huecos que dejaban en su página dominical el Thimble Theatre y Sappo, creó unas viñetas de relleno miscelánico. Primero éstas que usted ha podido contemplar, sus Funny Films, con los que el lector podía divertirse un buen rato con pegamento y tijeras para contemplar una pequeña parodia en movimiento fugaz y espasmódico. Y, ya más adelante, las reemplazaría con su “Popeye´s Cartoon Club” donde, el bueno de Elzie, enseñaba a dibujar comics de forma festiva y divertida.
Con estos aditamentos las páginas dominicales de E. C. Segar se convirtieron en una pequeña maravilla que fue desgranando hasta su infausta y prematura muerte el 13 de octubre de 1938, a los 44 años de edad, en su preciosa mansión de Santa Mónica en el estado de California.
…….
Lanzada una amigable OPA a la página “Electric Cabinet”, iremos publicando aquí su contenido antes que desaparezca como tal, pues nos anuncian nuestros amigos grandes cambios para un futuro incierto…
Que buena esta historia! No sabía que este era el origen de todo. Justamente mientras veía los dibujos pensaba: «se los voy a imprimir a mi hija para que se entretenga recortando y pegando» jeje. Muy interesnate, gracias!
Muy bonito el relato, y de verdad que ingeniosa manera de entretenimiento. Buena idea Cecilia. Yo crecí en la Cuba de la caída del muro, y cuando era pequeño no tenía juguetes. Y gracias a eso pasé años de mi vida jugando con los recortes de los dibujos que hacía. La imaginación de un niño no tiene límites y ninguna forma de entretenimiento que la explote es menos enriquecedora que otra. Saludos