Caperucita Roja (3D4) El Lobo encamado

La gestación del Cuento tradicional se remonta a épocas prehistóricas. Y será durante el Siglo XVII cuando las concepciones morales de una ascendente burguesia, poseedora de la imprenta y la comercialización de los libros, verá en el Cuento un modelo de rebeldía que no congenia con la uniformidad de valores que pretende imponer. Ya Perrault adaptará los relatos al gusto de las damas de la corte, las últimas bocanadas de la aristocrácia reinante. Culminandose el proceso con los Hermanos Grimm, ya suscritos a la nueva moral conservadora que adopta el naciente mercado de lo impreso.

Es en este siglo XVII cuando, en palabras de Jack Zipes, comienza en Occidente un “sindrome Caperucita”, una perversión de la sexualidad que condujo a la intrumentalización del cuerpo y, en especial, de la sexualidad femenina. Lo corporal, a partir de ahora, comienza a ser perverso y obsceno y la condición femenina adopta los modelos del cristianismo, es decir, la negación del deseo y la exaltación de la virtud en la castidad, tal como el mito virginal expande en su perverso enunciado.

Vestigios de Caperucita Roja ya se encuentran en Pausanías y su “Descripción de Grecia” o en la “Geografía” de Estrabón, por citar algunos (para el interesado es aconsejable la lectura del estupendo libro de Susana González Marín “¿Existía Caperucita Roja antes de Perrault?” visto desde un punto de vista filológico. O el no menos interesante y esclarecedor libro del citado Jack Zipes “Romper el hechizo”, una visión política de los cuentos folclóricos y maravillosos del que comentaremos un tanto en nuestra última entrega. Pues ya el III Reich hará su versión de Caperucita transformando al Lobo en un judío o, sin ir más lejos la España Franquista se esforzará en titularlo Caperucita Encarnada)

De la versión antigua que el lector pudo ver en nuestra primera entrega existe otro final intermedio: en él Caperucita le pide permiso al Lobo para hacer sus necesidades, el Lobo le contesta que las haga en la cama; mas Caperucita insiste y éste le permite salir con un pie sujeto a una cuerda. Ya fuera Caperucita ata la cuerda a un árbol y huye.

El Cuento antiguo es un relato tendente a enseñar la regulación de la sexualidad en las niñas. Un rito de iniciación hacia la edad adulta (compare el lector, pues, en que ha quedado el cuento tras el paso de moralistas, pedagogos idealistas y demás ralea de telediario)