biblioteca prestada
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Una novela popular se compra, o se cambia por alguna otra…y también se presta. Y todo ello dentro de los cánones del negocio.
Diferente, sí, al mundo del hoy en el que los medievales gremios de autor se apostan hasta en un autobús de la tercera edad para satisfacer sus perversiones en tiempos de rapiña mediocre.
Pero por aquel entonces, los cuarenta y cincuenta, un honrado librero podía idear el bonito logo de ABonos de LEctura MEnsual, el ABLEME, que prestaba al escasísimo de recursos una novela en alquiler por ocho días. O, crear una Biblioteca Circulante allá en Mahon, a fin de satisfacer al caserío desperdigado, incluido el de los quesitos en porciones…
Se reentapaban con duro cartón y allí se pegaba portada y contra para preservar el producto del bullicioso desgaste del manoseo. Tempus fugit.
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La portada prestada es de Emilio Freixas para Ableme..
Los abonos mensuales, con los que el cliente tenía derecho a sacar cuantas novelas «antiguas y modernas» quisiera durante un mes, estaban en los cuarenta, según figura en otros tampones vistos, en unas tres pesetas. El cambio de una sola novela novela no superaba entonces la modesta cifra de diez céntimos (de peseta, claro está).
Gracias, señor Roberto, una precisión oportuna.
30 días X 10 céntimos = 3 pesetas.
10 céntimos X 30 novelas = 3 pesetas.
Había que leer más de una novela al día para sacarle jugo al invento. A no ser que toda la familia se implicara en el asunto, o el inmueble al completo. Debieron ser hogares muy tranquilos y silenciosos…y eso que se trataba del ABLEME.
Ufff. Esto es algo completamente nuevo para mi. Se que los bolsilibros los puedes cambiar , por estos lados todavía existe el cambio, pero la existencia de una biblioteca de préstamo de bolsilibros me sorprendió gratamente.
Yo no lo viví,fué hace más años de los que yo he vivido,pero si que he visto en alguna película que había pequeñas furgonetas que iban por las calles alquilando los libros,eran bibliotecas ambulantes.